Este blog
Acceso desde aquí
Internet
Este blog
 
 
 
 
Acceso desde aquí
 
 
 
Internet
 
 
 

15 de agosto de 2011

Libros. Cartas de amor a Nora Barnacle. James Joyce. Por Luis de León Barga

The artist´s wife. 1940. Windham Lewis

Para los lectores que les guste leer libros sobre las grandes pasiones amorosas, se pueden descargar en el sitio barquisimeto.intercable.net.ve/intheflesh/NoraBarnacle.pdf  la correspondencia  amorosa que mantuvieron una de las parejas más famosas del siglo XX, el escritor irlandés James Joyce (Dublín, 1882 – Zúrich, 1941) y su mujer Nora Barnacle, (ConnemaraIrlanda1884 — Zúrich1951) , traducida al castellano por Felipe Rua Nova y editada por El Aleph.

James Joyce y Nora Barnacle se conocieron el 16 de junio de 1904, cuando Joyce vio pasear a orillas del río Liffey, que cruza Dublín, a  una guapa muchacha, alta y pelirroja.  Él  la detuvo y habló, y Nora le respondió. Pocos días después, quedaron citados y se dirigieron a una zona oscura del puerto de Dublín. Todo podía haber quedado en unas palabras, abrazos y un beso, como la mayoría de las parejas. Sin embargo, tras los besos, Nora le puso la mano en los pantalones y le masturbó.

Aquella iniciativa dejó asombrado al joven James, lo que es lógico pues las costumbres sexuales de aquel tiempo eran mucho más estrictas que las de hoy día. Pero su reacción posterior, en cambio, fue más universal y masculina. ¿Con cuántos hombres has estado antes y qué has hecho con ellos?,  preguntó Joyce a Nora.

James Joyce, 1935. Jacques Émile Blanche


Preso de los celos, Joyce dudará de la virginidad de Nora, pero no la abandonará. Al contrario, proseguirán su historia con mayor pasión. Los dos eran de familia modesta y Nora se puso a trabajar pronto para ayudar a la maltrecha economía familiar. Cuando se conocieron ella había tenido un amor adolescente, mientras que las primeras experiencias sexuales de Joyce se debieron a prostitutas como era habitual entonces.

Tan fuerte fue el enamoramiento que sintieron uno por el otro que Nora le acompañó cuando, meses después de conocerse, decidieron huir de Dublín. Joyce tenía 21 años y ella 19. Tras pasar por Francia y Suiza, acabarán en Trieste, entonces puerto del imperio austrohúngaro, y donde malvivirán dando clases de inglés, Joyce, y trabajando de lavandera, ella.

No vamos a explicar aquí el papel de Joyce en las letras del siglo XX. Nos interesa más su relación con Nora. Joyce bordeó el alcoholismo a lo largo de su vida, y fue desde el primer momento muy celoso de su mujer dentro de una sexualidad obsesiva y libre. Precisamente en su correspondencia se puede leer el nacimiento y desarrollo de su pasión amorosa.

Woman in Blue, 1921. Wyndham Lewis

Por su parte, Nora era una simple camarera de hotel de la ciudad irlandesa de Galway, que estaba dispuesta a todo por amor a este hombre manipulador e infantil. No se negaba a ninguna fantasía de él y le acompañó fielmente a lo largo de una vida que fue una mudanza continua de casa en casa por distintas ciudades de la Europa de primera mitad del siglo XX.

Los dos se casaron 25 años después de conocerse, pues Joyce detestaba las ceremonias religiosas.

Entre las estrecheces y dificultades en las que vivían en Trieste, Joyce se emborrachaba a menudo y, menudo, Nora lo encontraban tirado en el suelo.

James y Norma vivieron en Trieste 14 años dejando muchos alquileres impagados o buscando mayor espacio. Tras volver a Dublín, donde intentaron abrir el primer cinematógrafo, Nora se quedó en Trieste. Los dos se enviaban cartas de amor describiendo con pelos y señales los mas extraños deseos sexuales, y entre los que había episodios de voyeurismo, sadomasoquismo y coprofilia, y todo ello como si intentaran hacer el amor a distancia, excitándose con las palabras que recibían por correo.

Nude 1, 1919. Wyndham Lewis

Nora supo neutralizar muy bien los celos de James Joyce con una relación tan fuerte y profunda que duró hasta el final. Ella no admiraba la obra literaria de Joyce, lo que le enorgullecía de él era su forma de ser, y en lugar de anularse a su lado, creció a través de la relación que mantuvo con Joyce y con el que tuvo dos hijos.

Nora apenas leía los libros de Joyce y del Ulises sólo llegó hasta la página 27 por lo que no sabemos a ciencia cierta si se reconoció en el último capítulo, donde se representa el fluir de la conciencia femenina, incluidos pensamientos íntimos, sensaciones y fantasías eróticas. De lo que si estamos seguros es que Nora estuvo siempre locamente enamorada de su marido.

Cuando desde París recalaron en Zurich antes de la Segunda Guerra Mundial, en medio de una situación familiar desastrosa con la hija encerrada en un manicomio y problemas económicos, Joyce murió de una úlcera que le perforó el estómago en 1941, a los 59 años. Nora, al verle en el ataud, exclamó:
-¡Qué guapo eres Jim!



Girl Sewing 1921-38. Windham Lewis 

2 comentarios:

  1. Me parece una relación apasionante, y pienso que existen muchas más como esta.

    Gracias por hacernos el día más agradable!

    ResponderEliminar
  2. El amor de dos personas puede ser tan significativo qué pude perdurar mucho más de lo que cualquiera de nosotros imaginamos.Interesante artículo.Un saludo

    ResponderEliminar

 
Trust Rating
Biz Rating
Not Yet Rated
Loading
luisbarga.net
CloseClose